Juan Carlos Díaz Lorenzo

Se queja el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, de que las manifestaciones que hacen los políticos españoles sobre la situación de Iberia dañan a la imagen de la compañía, a cuya triste y lamentable decadencia asistimos desde hace tiempo. Habría que preguntarse por qué se ha llegado a este estado de cosas. Y se queja diciendo que en Gran Bretaña nunca ha oído a un político decir que haya sido una mala fusión. “Solo se oye entre los españoles”, comenta. ¿Entre quienes si no, nos preguntamos?, ¿a quienes duele la situación de Iberia? Los políticos británicos deben estar tocando palmas al ver que la compañía española está subyugada bajo los intereses del grupo dominante, que es el suyo, es decir, el que obedece a los intereses británicos. 

No le gusta a míster Walsh el enfoque político y los comentarios que recibe la gestión de Iberia. Está en su papel. Lo sorprendente sería lo contrario. “No entiendo por qué se hacen –dice en una entrevista concedida en la prensa nacional–, porque la situación de Iberia no es resultado de la fusión. IAG no tiene que ver con la crisis de España e IAG no tiene influencia en la subida de tasas, que también ha sido dañina. Los políticos no entienden del todo lo que le ha estado pasando a Iberia ni lo importante que es su reestructuración. British e Iberia son socios naturales por los mercados que tienen y hemos generado sinergias de gran valor para nuestros accionistas y para las aerolíneas”. 

A míster Walsh no le gustan las críticas de los políticos españoles a la gestión de IAG en Iberia. Pues lo lleva claro el inglés en cuestión

Dice míster Walsh que no conoce a ningún político español. De ser cierto, malo. Malo porque alguien a su nivel debe estar bien relacionado, y los contactos políticos, sean con el gobierno o con la oposición, son necesarios. “Una vez pedí entrevistarme con Ana Pastor, pero estaba muy ocupada. Nunca me lo han explicado, veo lo que aparece en los periódicos. Iberia estaría en una posición muy delicada si no fuese parte de IAG. La fusión ha aportado sinergias, valor y protección financiera”. Y agrega: “No hago negocios para complacer a los políticos. No cambian lo que estamos haciendo. Creo que los comentarios están dañando la evolución comercial de Iberia. Si están interesados en una evolución de la compañía estaría bien que hiciesen comentarios positivos sobre ella”. 

Lo cierto es que escudados en la crisis económica española y la afección que tiene sobre la gestión de Iberia, y los males que históricamente han aquejado a la compañía aérea, lejos de observar un plan que inspire confianza a los actores principales apreciamos todo lo contrario. Que es necesaria una reorganización y ajuste a los tiempos que vivimos, eso está fuera de toda duda. Pero pensamos también que si no hubiera sido por la oportuna intervención del Gobierno, a esta hora estarían en la calle unos cuantos cientos de empleados más de la compañía, de los varios miles que han visto cercenada su continuidad. Nos duele la desaparición de Iberia de algunos destinos tradicionales y nos parece infumable el castigo que nos imponen desde IAG con un sucedáneo llamado Iberia Express. Y como el tema es más largo, seguiremos en otro momento. 

Juan Carlos Díaz Lorenzo

Retumba estos días en el ambiente la crítica elevada de tono de Ángeles Marra, senadora socialista por Pontevedra, que se “deshizo” en elogios contra un avión de Swiftair alquilado al servicio de Air Europa, después de que el pasado lunes aterrizara de emergencia en el aeropuerto de Madrid-Barajas por fallo de motor. El incidente se resolvió sin problemas, actuando los pilotos de acuerdo con los procedimientos establecidos para estos casos, pero la senadora escribió en su cuenta de twitter: “tercermundista, peligrosos y de infarto, así son los vuelos de Air Europa a Vigo”. Cuidado. 

El avión es un ATR-72, del que tan acostumbrados estamos en Canarias. En alguna ocasión, en nuestra etapa directiva en Binter –cuando la compañía era propiedad del Grupo Iberia– vivimos la experiencia de parada de un motor y no pasó nada. Ni entonces ni ahora. Por lo que leemos en los medios de comunicación, el trasfondo del malestar tiene que ver con el servicio que Air Europa tiene con el aeropuerto de Peinador. En todo caso, por la experiencia que tenemos en el sector y el impacto que ese tipo de mensajes puede causar en la opinión pública, le recomendamos mesura en los términos empleados cuando se refiera al mundo de la aviación, en el que no todo vale. Sin que por ello le quitemos sus razones.

La senadora no parece satisfecha con el servicio de Air Europa en Vigo

Foto: psdeg-psoe.com